12.29.2008

Cerrar y Abrir

En tiempos de recuentos y repasos del año que se va no queda más que sumarse a esta dinámica e intentar repasar el propio. Un año de encuentros, desencuentros, independencia, soledad, crecimiento y fortalecimiento de algunas partes del ser. Un año de inicio y borrón, para hacer una cuenta nueva, ésta que ya lleva un par de capítulos trazados, agitados los últimos meses y llenos de incertidumbre los últimos días. Se cierra un nuevo año y se cierra de la manera acostumbrada, se cierra con la sensación de tener que seguir abriendo, de cerrar ciertos ciclos y de seguir sumando a la base que sustentará lo que vendrá mañana.
Se cierra este año con el sol de frente y lejos de la lluvia, con la soledad más sola y la mejor de las compañías, de manera orgullosa y mesurada, con ganas de hacer tantas cosas, con ganas de darle curso al 2009 y vivirlo intensamente.
Recuperando terreno respecto al mundo interno, promoviendo la invitación a conocerlo, promoviendo la invitación a quedarse y construir lo que falte juntos. Pocas sobras para todo lo realizado, muchos más son los tesoros que al poco tiempo se extrañan, muchos más son los momentos que jugaron con la sonrisa hasta hacerla casi permanente, sin responder a lo visual más que a la actitud.
Un año de actitud, el que se va y el que viene, la continuidad de varios procesos y el decantamiento de ideas que no tuvieron eco alguno; la defensa de las banderas izadas y la búsqueda de todas las restantes, la cura de las alas que no estaban del todo rotas y el trazado de caminos hasta ahora inciertos y desconocidos.
La oportunidad de seguir enmendando todos los errores cometidos, el deseo de no seguir cometiéndolos; la convicción acerca de la búsqueda de la verdad y el dormir cada día más lejos de la mentira. La magia de mi país de las maravillas y la equilibrada imagen del paralelo simulado al mundo real. El dejar de ser simulacro para volver con los pies firmes y el pecho erguido.
Tantas cosas que se vienen para el 2009, tareas inconclusas y otras que porfiadamente no quieren mutar, se mantienen en plano de batalla y habrá que ponerles el hombro como siempre, hasta que decidan dar un poco de tregua para variar.
Pero entre tantas cosas se puede pensar que será un buen año, se abre en muy buen plano y el año viejo cierra de manera adecuada, con la balanza un poco cargada, pero en términos generales, será un año para recordar.
A todos les deseo lo mejor para este año que se abre, para cerrar los asuntos pendientes y abrirse a la vida, a la espontaneidad y a la idea de sorprenderse cada día para comenzar y terminar los días con una sonrisa.

12.08.2008

Bonita

Así de improviso, así como es ella, imponente, avasalladora y alegre; así se fue llenando el espacio con su sonrisa y su figura, su belleza y aquella luz que la acompaña siempre. No la vi venir, no estaba al tanto de tal asalto ni de lo brusco que sería el cambio, no estaba al tanto de sus miradas ni si ella notaba las mías, inocente quizás, despreocupado, pero hace tiempo que la sorpresa no pasaba por estos lados.
Cautivo estuve unas cuantas horas, de sus gestos, sus cariños, de sus miedos y lágrimas, de su perfume y sus silencios; cautivo estuve y no puse resistencia,; cautiva, también, estuvo ella de todo lo que soy, víctimas de un encierro voluntario y lleno de matices.
Cada tanto en tanto nos perdíamos en los ojos opuestos, intentábamos leer lo que quedaba colgado en el aire como signo de interrogación, buscando todo lo que faltaba, todas las preguntas que nunca hicimos y por lo tanto, nunca respondimos.
Al cabo de unas horas no éramos tan desconocidos, la confianza hizo su entrada y se quedó hasta el último minuto. Acompañó cada gesto, las miradas se hacían más penetrantes e intensas y cada uno se sintió lejos de su soledad, lejos del contexto constante y ávidos de seguir explorando para ver donde conducir los siguientes pasos.
De fondo sonaba la canción que luego nos haría reír, esa que hablaba tanto de ella como si supiese todo lo que estaba pasando, esa letra escrita por un testigo inconsciente y a la distancia, pero preciso hasta la última sílaba. Esa canción que mañana me recordará a la mujer que conocí.
Cuando llegue un nuevo encuentro seremos otros, pero recordaremos quienes fuimos por estos días. Eres una respuesta incansable y fugaz, eres idas y venidas, luz y descanso de los hostiles pensamientos que viven en mi. Puedes ser tantas cosas que ni cerca estás de tu mejor versión, eres tanto pudiendo ser mucho más. Estás tan bonita y tan poco que puedo ofrecer, estás tan bonita que borraría las despedidas y propongo sólo recuerdes el camino de regreso.
A propósito de canciones, hoy vino a mi cabeza un extracto de una que calzaba perfecto con la sensación que quedó luego de verte cerrar la puerta, dice algo así "...antes de rendirnos, fuimos eternos...", y es que no hay otras palabras, y así siento lo que fuimos, infinitos mientras pudimos, impermeables y recíprocamente abrazados a los miedos del futuro.
Nunca es tarde para nacer de nuevo y debo decir algo antes de entender que ya no estás, espero que alguna de tus huidas cambie de dirección y huyas para volver aquí, para continuar descubriéndonos, compartiendo suertes y bostezos, para oír otra vez aquella canción e incorporar otras a esta historia.
Mientras tanto retomaré mis asuntos pendientes y seguiré rompiendo mi coraza, mientras tanto seguiré cantando para recordar que sigo vivo. Ya llegará el momento en que la luz muestre tu ventana abierta.
Ahora regresaré a los lugares de los que acostumbraba huir, ahora todo es distinto, mejor que hace un par de días, todo sigue igual...salvo por una canción que quiere cambiar mi mundo.

10.26.2008

La ciudad y ella

Espera impaciente que el día llegue al minuto en que su mirada encuentra la belleza de la ciudad cuando el sol se esconde y la vida desafía sus certezas. Puntualmente toma asiento para no perderse un segundo de su paso, puntualmente deja a un lado la coraza y se viste de vulnerabilidad absoluta.
Ella no tarda y cumple con el ritual por él anticipado acompañando al sol; él quiere extender los minutos y detenerlos para invitarla a ver el mundo desde su asiento. Sólo quiere decirle que Santiago se ve tan hermoso cuando ella pasa cada día.

9.11.2008

Tregua

Ya es hora, se acabó el tiempo. Ya es hora de emprender nuevos desafíos, es hora de canalizar las energías en otros asuntos, retomar los pendientes y permitirse otros errores, quizás no tan distintos, pero cargados de otras emociones.
Se ve tan lejos el punto de inicio, veo en el espejo a alguien tan diferente a cuando miraba hacia adelante sin atreverme a dar los pasos, cargo con cosas que ni pensaba en tener y he dejado a otras tan atrás que ni recuerdo en que parte del camino quedaron.
Hay ciertos sentimientos que parecen encontrarse, asoman aires que me muestran una versión de mi que se rinde, no de mala manera, me rindo para dejar de protegerme, me rindo ante la posibilidad de estar aún más vivo.
La vida que llevo es la constante que dejo, la vida que busco es tan incierta, pero seduce. La vida tras la esquina puede ser el resultado de todo el tiempo construyendo, de todos los esfuerzos y las decisiones anteriores, la vida que busco está en otro lugar y emprendo mi viaje en este momento.
Junto a la constante y vigente dejo tantas otras cosas que no son tan importantes para el nuevo hogar, aprovecho la oportunidad para hacer descargas de asunto y materias que ni de accesorios me sirven, ni siquiera como recuerdo, ni siquiera para ponerlo en un marco como una foto. Lo que dejo, aquí quedará, fue lo que fue y estuvo el tiempo que estaba señalado, no antes ni durante, el tiempo se agotó el mismo día en que me di cuenta que había terminado, sin previo aviso, ni fecha de expiración.
Ansioso me encuentro por el día, el primero de los que vendrán, el día en que me abandono y me encuentro, cuando cruzo el portal y vea que queda tras el umbral, mezcla de despedidas y bienvenidas, alegrías y tristezas, expectativas y añoranzas en un solo segundo.
Tampoco se quien me acompañará ni quienes encontraré en el camino, pero tengo la mejor impresión, al final, la vida es un gran filtro y sola ordena la baraja, siempre y cuando las cartas que se eligen para jugar sean las mejores disponible. El naipe es a medida del jugador, tal como el premio es proporcional a la apuesta.
No puedo dejar de soñar cuando mis sueños ya han tomado el paso, mucho antes que yo; no dejaré de caminar si ya lo he aprendido y cuando aprenda a trotar, trataré de aprender a correr y no descansaré por hacerlo.
Se cierra un ciclo y agradezco cada día de él, pero llega otro, con menos dudas que el anterior, con pasos más grandes y un suelo más firme, una mejor vista y otras ropas .
Se cierra un ciclo, antes de lo esperado, pero mucho más preparado que lo que alguna vez imaginé que estaría.
Se abre un ciclo, y abrir me sienta mejor que cerrar, abrir las posibilidades, abrir otros caminos que hoy son tan desconocidos, abrir la coraza y romper el hielo que hasta hoy cubre lo que soy, abrir la mente y los brazos, abrir bien los ojos y no perderme.
Poco a poco me di cuenta, que la capa de hielo se iba haciendo más delgada. Me rindo ante el desprendimiento de mis propios glaciares, dejo la resistencia para persistir.
Todavía no se ve la cumbre, pero ya la bandera flamea esperando el momento en que pueda fijarla en lo más alto, hoy la levanto junto a mi mirada y la muestro sin prejuicios, hoy esa bandera es blanca y propongo una tregua, desde hoy en adelante buscaré los colores que faltan, pero el blanco es apropiado, lo mejor para estos días.
Sin lugar a dudas, me rindo.

9.06.2008

Pasos

Una semana lejos de todo, absorvido plenamente por una realidad distinta y paralela, tan de él como las otras, pero con un dejo a abandono, un sabor a aislamiento involuntario del mundo que acostumbra y las sensaciones que gusta.
Una semana en que la vida se mostró en sincronía con todo lo que pasaba en su interior, sus grandes luchas traían luces de victoria, casi con fuergos de artificio y emociones al límite. Días de orgullo y visitas al punto de partida, como un ritual para saborear de mejor manera todo lo recorrido y las recompensas - cicatrices que marcan hoy su ser.
Pero todo tiene un costo, todo, totalmente todo, viene de un camino con altos y bajos, nace de sonrisas y llantos que nos sirven para no irse a las nubes y proponer una caída de proporciones. Él dejó de lado todo esta semana, se concentró en lo que parecía importante y apretó pausa en otras dimensiones, confiado que todo estaba preparado y todos los involucrados podrían entender, comprender que el bien mayor está siempre en juego y que hay momentos en que se deben tomar decisiones, al fin y al cabo, siempre se toman, conciente o no.
Ha pasado el huracán, grata forma de graficar todo lo pasado, un huracán de los buenos, que sólo revolvió el ambiente y las piezas, pero que no causó daño, el remezón causó un orden inesperado y lo posicionó en un lugar diferente, pasos adelante y coherente con los hechos de su vida paralela, nada fuera de contexto.
Desde hoy él ha emprendido hacia otras batallas, otros destinos que por hoy desconoce y que dejan verse con una música que cautiva como pocos; él ha entendido que las luchas hay que darlas, que no hay mejor decisión que decidir luchar, se puede ganar o perder, pero por sobre todas las cosas se deja todo y no se guarda nada, es la única manera de luchar, con los ojos bien abiertos y todos los sentidos atentos para el próximo movimiento, para moverse completamente, sin dejar nada anclado en el paso anterior, ni siquiera, las otras dimensiones de la vida, ya que lo que atrás quedó ya no se puede ir a buscar, se extrañará, pero sin duda, llegará algo mejor.
Hoy el amaneció sonriente, varios escalones arriba sobre el lugar donde se paraba la semana pasada, muchas dudas hoy son certezas y muchas cicatrices se han convertido en sonrisas indelebles para guardar. Ya se verá para donde dirige los próximos pasos, ya se verá también como va estibando su propia carga, priorizando lo indispensable de lo que puede ir descargando en el camino, ha entendido que no todo sirve para todos los niveles y que hay cosas que cumplen su ciclo para acompañar a otros, para servirlos hasta que avancen como él lo ha hecho.
Al final, siempre lo espera....lo que siempre ha buscado.

8.31.2008

Ausencia

Extraño es el momento que cae en su puerta y se muestra por la ventana. Extraña es la responsabilidad de sentir todo lo que siente, asumiendo que no hay culpas ni respuestas, sólo la conciencia que permite entender que entre el antes y el después siempre estuvo él, que no hay testigos ni nadie a quien pueda colgarle un trozo del espacio que divide lo que antes parecía tan unido.
Él deja la tranquilidad anterior, precisa incoporar nuevas dimensiones para lo que vive mientras respira el perfume de los ojos que le llenan día a día, las noches también sufren de aromas y discusiones acerca de verdades, cuales más y cuales menos, distintas impresiones al contemplar la misma escena que tantas veces ocupó sus tardes.
Ella lo mira entre la multitud y juega a reconocerlo, intenta disfrazarlo entre el tumulto para no perderse ni perderle el rastro, a su manera lo distingue, mantiene a pie firme su mirada y no se mezcla entre tanta gente. Lo mira desde lejos, está al tanto de sus paseos vespertinos descargando el día.
Ella ahora no está y para él todo ha sido muy distinto, se siente la ausencia y la vive a cada minuto, se siente la ausencia cuando camino a casa y ya no suena el teléfono y tampoco ha vuelto a caminar por esa calle que solían recorrer juntos cuando quedaba poco día.
Ella ahora no está, su paradero es bastante lejos de donde el deambula por estos días, no se sabe si volverá y tampoco en que momento. Él quiere volver a encontrarse con tanta sonrisa y no pretende buscarle un reemplazo, sabe muy bien que de eso no se trata, sabe muy bien que no hay posible sustituto ni algo parecido.
Ella a la distancia pareciera encontrarle cierto gusto, a veces puede ser tan incómoda, otras no tanto y le dan la claridad para mantenerse firme en sus creencias, para ni intentar preguntar que tal si fuese de otro modo.
Ya han pasado un par de días y definitivamente ya no son lo mismo, ella caminó sin previo aviso y cuando él lo entendió ya estaba lejos, ya la ventaja era tanta que costaba tomar la decisión si seguirla o darle el espacio para que vuelva.
La vuelta tampoco es clara, ¿a que volvería?. Lo que la espera es algo que no quiere, lo que la espera es lo que la hizo partir. ¿Cómo volver a un lugar que ya no existe?. Ella prefiere mirar desde lejos, él no sabe lo que quiere, pero no puede verla a la distancia.
Él poco a poco ha entendido que el lugar que acostumbraba ya no existe y que él también se fue. A medida que los hechos han tomado otra temperatura asoma la nueva realidad, la que muestra que ambos abandonaron su refugio, nadie se quedó ni menos alguien abandonó al otro. El lugar que los recibió por tanto tiempo desapareció.
Aparecen nuevas preguntas, nuevas aventuras para llegar a las ansiadas respuestas o quizás más que ansiadas, por el momento, necesarias. Él lo quiso todo, ella quien sabe, lo más probable es que ella lo dio todo, lo que tenía para darle.
Quizás en algún momento ambos encuentren los puentes que los lleven al lugar donde se reunirán otra vez, quizás este nuevo lugar pueda mantenerse sin desaparecer como lo hizo el anterior. Quizás ese lugar está más cerca de lo que piensan.

8.25.2008

Puente

Ella apareció de la nada. Él intentaba buscar en todos lados menos en el indicado, siempre pasó de largo y otras ni siquiera se acercó. Ella respondía a sus sueños y construía puentes interminables y precisos, dispuestos al encuentro. Estaban ahí, él los vio primero y siempre los mantuvo a la vista para no perderse cuando quisiera cruzarlos; ella también los reconocía, pero no sabía si algún día los cruzaría, no sabía si sus motivos para cruzarlos eran los mismos que los de él.
Poco a poco todo era un puente, poco a poco era más fácil cruzar que quedarse en sus respectivos lugares. Los días corrían y los puentes ya eran verdaderas fortalezas, macizas construcciones de espectaculares dimensiones. Algunos eran, además, tan altos que el riesgo a caer se plantaba casi como un letrero de advertencia en sus pilares. Pero quizás esa era la gracia, tomar la decisión de cruzarlos, manteniendo la preocupación de no caer.
Él un día tomó sus cosas y contempló por un rato el otro extremo, miró con atención lo que allá lo estaba esperando, notó también, lo que dejaba a este lado. Después de tanto análisis, tomó impulso para cruzar corriendo, ya estaba convencido y debía atreverse, sentía que por algo esos puentes se habían trazado.
En pleno cruce sucedió lo inesperado, algo que no había contemplado, no estaba en sus divagaciones anteriores, sucedió que a pesar de las ganas y la curiosidad, sólo pudo recorrer la mitad del camino, ella lo esperaba ahí, ya sabía de sus ganas de cruzar y estaba ahí esperando, conocía plenamente los hechos y como se presentarían, alguna idea tenía de las motivaciones, pero supo pararse a la mitad del puente para contener el paso de quién estaba al otro lado.
Ahí se quedaron, ahí están los dos por estos días, a mitad del puente, ella sin saber si cruzar o volver, si permitir que él siga corriendo o pedirle que regrese al punto de donde vino; él también duda, no sabe que hacer, quiere cruzar, pero necesita que ella también lo quiera; quiere volver, pero teme que cuando salga de ese puente, éste se caiga, se desmorone apenas tome pie en tierra firme y deje a cada uno a su propia deriva, sin entender la razón de aquellos puentes, lo que demoró su construcción y lo fácil que se desmoronan.
Él entendió que los puentes estaban ahí para cruzarlos, entendió además que el punto intermedio es temporal, la construcción no resiste que permanezcan ahí, en algún momento se verán forzados a cruzar a alguno de los dos lados.
Ya se verá cuanto resiste, y cuando resisten.

8.13.2008

Andén

Ella lo miró pensando en el largo viaje que traía a cuestas, él no se percató de su presencia al primer instante. Se cruzaron sus caminos en ese viejo andén, entumecidos de frío, ambos se refugiaban de la lluvia, de esa que por esos lados aparece con gran generosidad; ambos recorrían en círculos su pequeño espacio, ambos fijaban la mirada en viejas colillas de cigarros que guardaban otras historias, testigos de otras conversaciones y esperas.

De reojo y cada cierto rato comenzaban a cruzarse sus miradas, de reojo y sonriente se tejía otra historia, acompañada de una complicidad silenciosa e impulsos que con razones permanecían sentados sin ceder un centímetro.

Y fueron quedando solos, las horas pasaban y ambos se acompañaban, por lo menos en el espacio; ambos se refugiaban en canciones previamente escogidas, ella consumía el tiempo en cigarros y conversaciones telefónicas que a la distancia hacían pasar el tiempo más rápido. Él leía a Cortázar y en su bolso se escondía Benedetti, él no le perdía movimiento y párrafo tras párrafo volvía a mirar, así como por casualidad, y volvía a sonreír buscando alguna señal o simplemente la explícita invitación a acortar distancias y quizás alcanzar a verse en los ojos del otro mientras se cuentan sus respectivas historias, las que los habían llevado a compartir esa espera, al final de cuentas, la que los había reunido. Pero esa invitación no llegaba y tuvo que tomar sus cosas y una buena excusa para dar el primer paso; y lo dio, algo inseguro los primeros metros, pero acercándose al cien por ciento en la llegada. Levantó la ceja y sacó la mejor sonrisa, tiró encima de la mesa la excusa escogida y esperó la respuesta; ella lo miró, le devolvió el gesto con su sonrisa, respiro profundo, se tomó su tiempo, algo que para él fueron horas, para ella sólo fue una pensada decisión para tomar el control.

Con todas las cartas en la mesa y el andén ya estaba lleno de escombros del muro que en algún momento los separó, sentados sobre ellos compartieron un café, brevemente cada uno hizo su presentación, hablaron cada cual de sus recorridos previos, de otros andenes y del ahora. Para ambos la espera todavía era larga, quedaba mucho tiempo aún y esta espera ya era un regalo, que al menos será guardada como una buena historia que se contará a sus amistades y cada vez que se enfrente al relato aparecerá la misma sonrisa y la mirada de reojo.

Ella le habló de canciones y asuntos pendientes, le habló de la vida, de lugares increíbles y otros aburridos, desnudó sus sueños mientras sacaba otro cigarro. Él escuchó, por sobre todas las cosas, sólo escuchó; se dedicó a mirarla y contemplarla, intentó infructuosamente en dimensionar la vida en ella, se preguntaba cómo podía existir tanta vida en una sola persona y se miró en el reflejo de un charco buscando vida, registró su interior y sus bolsillos y para él sólo habían papeles y boletas algo añejas, un viejo cancionero y Cortázar, historias de otros y se sintió pequeño y tembloroso en aquel andén.

Ya no estaba seguro de querer saber algo más, lo que ya sabía lo tenía algo incómodo y no quería que ella quisiera indagar en sus rincones buscando la vida que él pensaba no tener, no quería que ella viera su pobreza, de vida; sobrecogido al menos y disimulando otro tanto empezó a tomar nota de la vida que mostraban sus ojos, pensó claramente en la posibilidad de ser tan brillante como ella, pensó en que aquella conversación no gozaba de gratuidad alguna y que debía valorar el momento. Pensó en otro andén, otro momento, pero algo le decía que tenía que pensar en este y sólo en este que lo tenía ocupado aquel momento.

Por su parte ella se sintió feliz, sintió que la espera no era tan desagradable y disfrutaba cada palabra que intercambiaban, disfrutaba cada segundo y de ninguna manera se encontró con esa pobreza que el temía, ella logró ver en él la paz que tan esquiva le era, logro ver en él la humildad y sencillez de quién ha vivido aprendiendo y la avaricia no es cuento para su sonrisa.

Había transcurrido más de una hora de su excusa y él no quería otra que los separara y cortara ésta historia, todo parecía indicar que no había algo que hacer, había llegado el momento y este se acababa. Frente a sus narices los esperaban los buses que los llevarían a cada cual donde decidieron antes de conocerse. Por exclusiva coincidencia parecía que la vida se presentaba tan sincronizada como pocas veces, ambos buses marcaban en sus parabrisas la misma hora de salida, pero con destinos completamente diferentes, casi opuestos.

Él inició los fuegos de la despedida, sacó a Benedetti de su escondite, escribió una nota en la primera página y se lo regaló, le habló de no perder contacto, de encontrarse de alguna manera, de repetir la tertulia y poner un punto seguido en vez de uno final. Nerviosamente disimulaba el rechazo a lo que sucedía, no podía creer que se había acabado y tampoco podía creer en una segunda oportunidad; de sus labios salió un discurso combinado, mezcla de hasta luego con no te vayas, los buenos deseos se confundían con el casi ruego que imploraba que no se fuera a ninguna parte, que, al menos, quería comprarle otro café. Ella lo miraba y no paró de sonreír, disfrutó del espectáculo y siempre sintió el control, él seguía hablando con miedo a que cuando terminara de hacerlo se viniera lo que no quería, la despedida.

Ella tomó a Benedetti, agradeció el regalo y jugó un poco con el tiempo nuevamente, se mantuvo en silencio mientras él esperaba alguna respuesta, tomó sus cosas, agarró su bolso, apagó el último cigarro, lo miró con otra sonrisa y le dijo: “¿Qué tal si me lees a Benedetti mientras viajamos? ¿Café, con una o dos de azúcar?

8.05.2008

Esperaré...equivocarme otra vez

Esperaré a que puedas descifrar tus pasos entre tanto tumulto, al tanto descifro los míos e intento ponerme en la línea de tus pasos. Espero evites la salida y sigas orbitando en mis sueños, los que busco despierto y los que menos recuerdo, esos que suceden dormido.
Pocas veces me dejo convencer tan fácil, pocas veces logra acorralarme la vida y logra pone en evidencia lo pequeño y vulnerable, hace gigante lo que es más y revuelve los sentidos hasta no saber siquiera cómo empezó la conversación, en que punto estamos y como continuarla. Pocas veces me sorprendo haciendo lo que sea sin saber por que lo hago, otras veces lo hago conciente y trato de dejarme llevar, nunca se sabe, quizás en esas idas y venidas te encuentre en el camino y quiera que la lluvia me empape mientras cuido que estés a salvo o simplemente te invite a empaparnos juntos.
Te veo salir y entrar, te veo mientras pierdo tus pasos en la niebla, quedo sólo con la posibilidad de no perderme el sonido de tus pasos, de seguirlos a tientas entre la niebla y la oscuridad. Te escucho reir y otras tantas quejarte de lo fácil que parece todo y al revés, que lo mismo tan difícil se pone, que cuando no queremos menos cuesta, que cuando quieres perderte todos te encuentran, y cuando quiero perderme sólo quedas tú, a lo lejos, pero pareciera no importarte, casi como si ese fuese tu lugar.
Miras al cielo, te pienso distraída y juego con mi presencia, pruebo tu interés y disfruto con el mío. Intento perderme, pero ya tengo encima tu mirada, el peso de lo que me importas se siente claramente, entonces miro al cielo y pido un deseo, dos minutos sin mi cobardía, dos minutos frente a frente, de espalda a los fantasmas y a las ganas de perderme.
Causas perdidas e imposibles, tu nombre ya no lo es tanto, he logrado memorizarlo y a veces me canso de perderte, me canso de mi cansancio y me agota la libertad de no hacerme cargo de verte y abandonarme cada vez que pueda.
Por el momento prefiero contemplarte y aprender donde encontrarte, que no sea cosa que cuando me atreva a dejar de mentirme ya no estés en el lugar en el que te vi dormir en paz la última vez.
Quizás deba permitirme cometer más errores y cuando llene mi discurso de explicaciones, entre ellas aparezca la que tanto te debo, la que he debido darte antes, la que debo darte ahora.
No debo dejar que la estrella se pierda, que cuando quiera perderme de verdad pueda hacerlo y no estés a mi regreso. Y que, tristemente, las explicaciones me las tenga que dar a mí mismo, que por no querer equivocarme, me equivoque mucho más.
Prefiero, sin duda alguna, poder decir que me equivocaría, feliz, otra vez.

7.30.2008

Recuerdo como sonreías pasado mañana

Fue demasiado pronto, pero aún no es tarde. Las cosas pasan cuando les llega su momento, cuando encuentran espacio para hacerlo y no podemos hacer nada al respecto, sólo aprender a vivir con ellas y no luchar para no hacerlo. Y es que me gusta tanto mi vida, que no es diferente a otras, tan sólo es mía y es la que puedo cambiar, es la que espera impaciente por mis decisiones, no por otras, sino las mías, las que arrastran heridas y medallas del camino ya trazado.
Y no basta con pasarlo bien, no basta con tu presencia y no tolero pensar en tu ausencia, simplemente no basta con acompañar el pasar de lo minutos , no basta con verte apoyada en lo que dejó el cansancio después del largo día.
A nadie se le devuelven los veranos perdidos, ni se le muestran las diferentes opciones en bandeja de plata. La vida es así de justa o injusta según los ojos que la miren, pero tiene eso que la hace tan única, tan insoportablemente adictiva, tan cobarde y valiente, como la excusa de culpar al destino.
Mi memoria me invita a recorrer en imágenes vivas y cargadas de emociones las historias en las que he participado, las que he motivado y en las que me he visto envuelto, mi memoria me lleva por senderos caminados, logro ver que mis dudas son acerca de otras certezas y que mis felicidades tienen sabor a otras sonrisas, logro ver que antes caminaba más liviano y que hoy lo hago con una carga distinta y me ha llevado a pensar que el peso en mis hombros no es mi pasado, al contrario, hoy lo que pesa en mis pasos es el futuro y su construcción.
Hoy mis canciones y las que te debo son invitaciones constantes a eternas primaveras en compañía, a largas conversaciones y otros tantos silencios mientras tomamos descanso en los sueños del otro.
No se donde he venido a parar y pocas ganas tengo de prenguntarlo, pocas vueltas quiero darle al punto exacto desde donde veo todo. No se cómo llegaste acá o si yo he llegado a ti, se que no quiero pasar de largo ni que te muevas un centímetro más sin que me veas. Desde acá me muevo con cautela y con la astucia que algún día quise, acá cada tarde me detengo a que me pases a buscar y cada noche me expongo al rapto de verte dormida tranquila, verte con tus ojos cerrados, extrañando cuando los tienes abiertos.
Desde acá recuerdo lo que quiero dejar atrás y ya recuerdo en un lugar especial tus primeras palabras de mañana, junto a los gestos de otros tiempos y también los de mañana, y los del día después de mañana, y es que recuerdo claramente donde estarás.

7.22.2008

Otro mundo posible

El futuro se presenta ansioso, lo alcanzo a ver tras la esquina, pero no logro verlo con claridad y, ciertamente, no veo si estás en él, tampoco puedo ver si tomarás mi mano antes de llegar a esa esquina, antes de enfrentarme cara a cara con lo que seré después de unos cuantos pasos más.
Sólo busco otro mundo posible, uno donde quepan mis deseos y mis miedos, donde los primeros sean más que los segundos y los minutos no se vayan para dejarme verte convertir en estrella, a años luz de todos y de este mundo que no despierta, que no dejará verte arder con tu luz resplandeciente, con tu sonrisa aún inocente y tus lágrimas sabias hasta decir basta.
Ya sabes, todavía creo en milagros, todavía creo en la posibilidad de dormir bajo tu manto, como si hubiera sido ayer cuando entramos por el umbral de los últimos versos, de lo que nos dejó el libro en el velador, que cubierto de polvo siempre escondía los más sabios recuerdos.
Eran días de vientos indomables y de lluvias intermitentes, de carreras indiferentes y luces de vidas en movimiento, en constante huída, en constante vuelta y regreso al punto de partida. Tomas mi brazo para sostenerte, soy tu compañero y refugio, soy quien te da lo necesario para hacerle frente a lo que venga. Tomo tu brazo y me hago de él tal como si fuera lo que faltaba para levantar el mentón y erguirme por sobre las sombras que se dejan aparecer entre luces, tomo tu brazo y busco tu mano, busco apoyes tu cabeza en mi pecho y caminemos en total sincronía con las gotas de lluvia, hasta las hojas que resisten la inclemencia quieren no desentonar y esperan atentas el minuto para caer y sumarse a la fiesta, esa de tu sonrisa y mi silencio, esa de nuestra imperfecta utopía, de nuestra perfecta realidad.
Asoman versos que aún no escribo, asoman y los recibo tratando de no dejar escapar ninguno, no entregar ni regalar tan fácil lo propio, lo que tanto ha costado y me ha sido regalado, no cuestionaré los merecimientos, sólo se que haré de cada día un mérito para despejar las dudas y callar a los incidiosos, venenosos de envidia, curiosos que prefieren vivir detrás de sus ventanas que dentro de lo que sus puertas guardan.
Yo atesoro lo que por ahora no es más que un deseo, y ansioso espero encontrar tu nombre en el camino, luego tu rostro, tus verdades y las que no lo son tanto, tus miedos y los que crees así, tus sueños y tus despertares. Pongo mis brazos a disposición, sueño ser tu sueño y despierto pensando en que despiertas también en algún lugar con la curiosidad de saber mi nombre, de saber como encontrarme y encontranos.
Olvidé como olvidarte y olvidaré todo lo relativo a la respectiva posibilidad de hacerlo, esperanzado quiero que alumbres esta noche, veo el resplandor de tu silueta y tu regazo que espera cuidar mis sueños, que así lo quiero y por eso desvelo.
Colecciono canciones por el momento, colecciono estrellas hasta encontrarte, no las guardo, pero voy a su encuentro y me quedo con lo aprendido para ser estrella, para ser luz como lo eres, para iluminar tus sombras y descansar en la tranquilidad de sentarme junto a quien ha merecido la pena.
Se acerca aquella esquina y poco a poco se deja ver tu luz, poco a poco tus pasos también te muestran, poco a poco lo que ves es lo que veo. Se acerca la esquina y no se si correr o hacer correr el tiempo, y eso eres...hasta ahora una gran incógnita, hasta ahora una luz y mi deseo. Ya veremos como cambias y te transformas en "ella", con quién cambiaré el mundo, que ya has cambiado el mío.

7.18.2008

Nos vemos mañana?

Una tarde cualquiera, de esas que sólo pasan o al menos eso nos hacen creer, te veo a la distancia, te veo como miras y buscas encontrar mi mirada, me miras y ves tu sonrisa, yo veo la mía y ya estamos a dos pasos de distancia.
Hasta ese momento duró la tarde cualquiera, desde ahí en adelante y sobretodo hacia atrás, ya el día era diferente, tu lo hacías diferente, tú indiferencia bastaba para serle indiferente a lo ordinario y tan lleno de rutina, a los medios todos, a los grises casi negros. Ese momento bastó para dejar atrás la ironía y el sarcasmo quedaba en mis bolsillos esperando otra oportunidad, atrás y hacia adelante se veía todo mejor, se podía apreciar las luces de las marquesinas, las siluetas de la gente agolpada en las puertas del atrás, era yo el elegido, era a mi a quien venías a rescatar, los demás deberán seguir esperando, a los demás sólo les quedará ver como me alejo, como me alejas y me llevas a tu gracia, tus ojos no mienten y veo el brillo feliz.
Nos hemos encontrado, como tantas veces antes, pero hoy es distinto, hoy si no somos felices, sólo seremos un pretexto, para seguir esperando, hasta callar con besos, hasta que las razones sean las menos razonables.
Caminaba previo a tu encuentro, lo hacía algo distraído por los sueños que suelo tener despierto, tropezaba constantemente, a veces en los sueños, otras bien despierto, contaba los pasos que calculaba me faltaban para llegar a ti. Intenté calcular las canciones que debía seguir escuchando antes de querer oír al mundo, en el que tu estabas, intenté elegir aquellas que me mostraran algo entrelíneas, elegí esas que me decían lo que quería escuchar, que al final de la suma estabas tú.
Llegó la hora del encuentro en total sincronía con el silencio entre canciones, al final de la lista, mi selección había acabado, desde ese momento la música corría por tu cuenta, era parte de tu voz y tus silencios, tus miradas y tus gestos.
Tengo la manía de siempre estar adelantando, de jugar con la lista, acomodarla a mi gusto y capricho, pero tu música es tan bella que no quedó oportunidad conciente de adelantar nada, había que poner atención a tu ritmo, tus acordes y la clave de sol que esa tarde-noche tapaba la luna.
No se que decir ni que hacer, por momentos me siento inmóvil y por otros tan lleno de energía que confunde, confunde al camino y mis pasos, confunde a mis ojos y mis pensamientos, confunde lo que eres y lo que podrías ser.
Claramente todo será más divertido cuando deje de perder, y ciertamente esa tarde fue de ganar y sólo ganar. Un día más empezará en unas horas y será distinto, tan distinto como la canción que suene primero en mis oídos la próxima mañana, a aquella que terminó justo antes de tu sonrisa, justo después de mi último tropiezo.


7.14.2008

Distracciones

He llegado a pensar que últimamente me he encontrado sumido en una constante red de distracciones, que lo que busco no lo encuentro simplemente por esta nube que se antepone a lo que tengo en frente. Hoy me doy de esos costalazos que agotan, esos que decimos que no vamos a tener que enfrentar, pero no todo es tan fácil.
Aquí estoy de nuevo, aturdido aún por la caída y viendo como me paro, viendo como ordeno todo para dejar de sentirme distraído, ya que en esencia es lo que más me desacomoda, es lo importante hoy, despejar las distracciones y centrarme en lo importante.
Años persiguiendo ideales, luchando por sueños, idealizando a quienes nos encontramos y sin siquiera tener una cuota de precaución para no distraernos, creemos que todo está ordenado y no hay nada de eso, todo se revuelve, se mezcla y nos pone otra vez en la zona cero.
No todo es tan malo, de hecho no pienso que lo sea, sólo que agota andar por la vida tan distraído, queriendo ver lo que no hay y no queriendo ver lo que hay, nublado por los ideales y pagando las deudas del pasado, asumiendo los castigos y las penitencias por los errores antecedentes, evitando cometer otros que me vengan a cobrar mañana, es extraña la sensación, pero de todos los compromisos que he asumido, el que planteo es sencillamente el más complicado, siento que es imposible salir de él.
Absurdamente o caprichosamente me propuse encontrar lo que quiero en lugares diferentes al que acostumbro, he vagado por sitios desconocidos, algunos muy tristes, otros demasiado alegres, algunos indiferentes o muy preocupados, pero por más que sigo en este viaje no doy con el lugar indicado y poco a poco he ido entendiendo que las cosas no están tan lejos y que mi propio capricho me impide verlas, mi capricho me distrae.
Distraído y todo ya voy dando con las respuestas a aquellas cosas que debo cambiar para salir de la distracción o que al menos no sea tan constante y se convierta poco a poco en una anécdota de esas que sacan las mejores sonrisas al paso de un poco de tiempo.
He dado con el lugar que quiero y espero este quiera que me quede, ya doy pie a una nueva actitud y un nuevo compromiso, entiendo que es lo que no quiero y ya logro ver claramente lo que si.
Simplemente se acabó el tiempo distraído, las cosas sencillamente pueden ser más simples.

6.29.2008

Sonrío a salvo

Se hace difícil escribir cuando uno no sabe que decir. Pasan tantas cosas por delante de mis ojos, por detrás de ellos también, pasan y no sé como tomarlas, no sé como agarrarlas y apoderarme de ellas para ver que hay dos pasos más adelante.
Se hace largo el día y más aún las noches, se hace más larga la espera, aquella que hoy simplemente me muestra que ni siquiera se que espero, de que espera hablamos, pero siento que la reconoceré en cuanto se presente, tan mía como nunca lo ha sido, improbable, sorpresiva y más llena de preguntas que de respuestas.
La vida no da tregua, no me da respiro ni menos un centímetro de ventaja para poder recuperar aire, me exige cada día, me exige en cada café que me tomo al despertar, en cada palabra que escribo por estos días y en las anteriores, y seguramente lo hará en las palabras que llenen mi mañana. Y no es algo que me agobie, no es la vida la que pesa en mis hombros, sino todo lo que no he podido entender, quisiera entenderlo todo, quisiera saber todas las preguntas y todas las respuestas, no me interesa anticiparme ni tener pistas de como estaré a estas horas mañana, sólo quiero las preguntas y las respuestas que tengo a estas horas hoy.
A pesar de lo curioso e inquieto que puedo prentender ser, ya entendí que es mi forma de pararme y sostener quien soy, quien quiero ser y lo hago con la cara llena de risa, seguro de mis decisiones que me llevarán donde debo estar.
Una pequeña brisa golpea mi rostro, me refresca el ceño fruncido y revitaliza el parpadeo incesante, entre uno y otro intento no perderme de nada. Me siento a salvo de la caída libre, de la amnesia aturdidora, de mis decisiones, de las de otros, de las miradas maliciosas, de estar perdido, de la comodidad y sus vicios, del silencio incómodo y el ruido mentiroso.
Me siento a salvo del día que quiero que no llegue, me siento a salvo del tumulto enajenado y las puñaladas inmerecidas, a salvo de mis sueños y mis pesadillas.
Me siento con el puño cargado de palabras frente a una hoja en blanco, intento llenarla sin prejucio de lo que hay dos o veinte páginas hacia atrás, es sólo una hoja en blanco y tantas otras que las siguen, es sólo un paso hacia la belleza de ser quien mejor pueda, un peldaño a la luz de los ojos de la tristeza que mirará con envidia como bailo al compás de las notas más alegres, la envidia de la caída de los muros de tragedias sobreestimadas y penas exageradas, de verdades un poco inciertas y mentiras fuera de contexto, de esas que reconfortan, pero son incapaces de quedarse por mucho tiempo.
Y puede ser que no me importe o que lo haga demasiado, estoy tan adentro como tan afuera, me cambia la voz con el pasar de la estrella que espero cada atardecer, la torpeza del ímpetu causa rasguños a causa de los vaivenes del sendero, de pasos enredados, de extremidades descoordinadas.
Sonrío por la posibilidad de perderme y otras sonrisas llegan al momento de encontrarme, por lo escrito y por lo que queda por leer también sonrío.
Me siento a salvo.... porque sonrío.


6.20.2008

Despedida

Podemos tomarnos el tiempo necesario, el tiempo que se nos regale, pero las personas pasan por nuestras vidas y en algún momento parten, por decisiones propias o ajenas, pero nada es para siempre.
En mis días de recorrido he conocido a tantas que miento si digo que las recuerdo a todas, tantas personas que quizás tampoco se acuerdan de mi hoy, pero entre ellas claramente hay quienes se guardan en un lugar especial desde donde no se han movido.
Por estos días me encuentro despidiendo a un amigo, a alguien que aprendí a conocer y a su vez me aprendió a mi, hoy por decisiones ajenas perderemos el día a día, la cotidianeidad que nos permitió ser amigos y es la misma que se rompe con un muro de distancia aún desconocida.
Por un lado me apena su partida, pero tiene que ver con mi versión más egoísta, siento pena de que mañana ya no estará, ni podremos reirnos de nosotros mismos, menos compartir a diario nuestras historias y aventuras; pero estoy contento por él, estoy contento por las oportunidades que se le presentan hoy, hasta con cierto grado de envidia por querer esas oportunidades para mi, pero tarde o temprano también llegarán.
No hay dudas respecto al espacio que quedará, ni lo difícil que será completarlo ni la cantidad de veces que lo extrañaremos, a su vez, tampoco hay dudas respecto a todo lo bueno de nuestros deseos por lo que vendrá, no hay dudas de lo que se merece y sabemos conseguirá.
Tal como lo señalé al principio, han pasado muchas personas, pero pocas se han quedado, ya sea por su cuenta o por la mía, ya sabemos de memoria todos los clichés acerca de la amistad, pero nunca están de más. Amigos siempre son los menos en relación a los conocidos, acá donde me encuentro pasamos de conocidos a amigos y con eso me quiero quedar, no quiero dar más vueltas y simplemente entender que el mañana será diferente, pero no peor, que la vida nos encontrará en otras circunstancias, mucho mejores para todos.
En estás últimas líneas sólo quiero desearle lo mejor, ser claro en que hemos ganado un amigo y que siempre habrá espacio para compartir, hoy de otra manera y quizás mucho mejor.

Sinceramente,

La mejor de las suertes...

6.11.2008

gritarVida!!

Siempre he pensado en las historias que se esconden tras los ojos de las personas que vemos a diario, me he preguntado tantas veces si lo que vemos es la verdad, si no hay nada que oculten o lleven por dentro, sea esto positivo o algo que los carcome por dentro.
Otras veces he entendido que a las personas no les interesan esas historias, que les basta con lo que se ve y desde ahí presuponen el resto hasta llevarlos a un estado de tranquilidad con si mismos que no les genera ningún problema.
Por mi vida he conocido a muchas personas, todas ellas cubiertas con lo que se ve y dueñas de historias que se mantienen en su interior haciéndolas sentir totalmente realizadas o que las han ido destruyendo lentamente sin que los que nos mantenemos afuera podamos percatarnos de su importancia.
Hay casos en que esta vida interior es más importante que la llevan frente a los ojos del resto, como un rol preparado, en que todo concuerda y distrae a los espectadores de lo importante, todo parece tan armado, tan sólido y no muestra ni un sólo centímetro de lo real.
Hoy me levanté con la misma pregunta, ésta que les cuento, la misma con la que ayer traté de conciliar el sueño y es que siguen sucediendo casos en que nos arrepentimos de no haber leído entre líneas, pudimos haber intentado siquiera conocer lo que siempre quisieron hablar y no estuvimos dispuestos a escucharlos.
Ayer antes de cerrar mi día me enteré de la partida de alguien a quien tuve la fortuna de conocer, no fuimos amigos, nunca llegamos a tener la oportunidad de conocernos más, pero ciertamente muchas veces coincidimos en diferentes situaciones, siempre supe de su existencia y su nombre siempre me llevó a su imagen, a la que pude conocer. Hoy me doy cuenta que entre nosotros habían muchos amigos en común, que compartíamos el mismo mundo y que lo más probable es que coincidiéramos otras veces más. Pero eso no ocurrirá, ella decidió a sus 25 años no estar disponible para esos probables encuentros y no sólo conmigo, ya no estará disponible para nadie.
Ella era una chica agradable, guapa, de sonrisa tierna y muy querida por quienes la conocieron mucho más, se veía que podía tener todo en la vida y que las tristezas no cabían, pero hoy nos damos cuenta que lo que se escondía era distinto, nuevamente la vida nos refriega en nuestros rostros que lo que conocemos, vemos o nos dejan ver no siempre es lo importante.
Quién sabe que tristezas cargaba que la hicieron decidir abandonarnos y abandonarse, quién hubiera podido imaginar que la sonrisa tierna, en realidad era una sonrisa triste y que lo que no veíamos era lo importante.
A través de esto apareció en mis pensamientos el nombre que hace tiempo atrás decidí darle a este blog, gritarVida, y siento hoy más que nunca que de eso se trata la vida, de preocuparnos de lo importante, de entender que la vida está dentro de nosotros y no fuera, que lo que se ve trae algo detrás que no podemos omitir. gritarVida es mi actitud día a día, es la invitación que algún día les hice a quienes me leen y la seguiré haciendo mientras no crea en algo distinto.
Sinceramente espero que ella encuentre lo que no pudo encontrar acá con nosotros, espero esté tranquila como esperaba y que quienes lamentanos su partida encontremos lo que nos permita seguir adelante con la sonrisa ancha, a pesar de esto, que nos empiecen a interesar los mundos internos de nuestros seres queridos y que cada mañana, acompañando al primer paso del día, seamos capaces de gritar VIDA!!!

6.08.2008

Jardín

Hoy la historia los situó en un banco de una plaza, la luz dejaba este día dando paso a la noche, el frío entraba y parecía no importarles. Los árboles contemplaban la sucesión de abrazos, miradas, caricias y besos que adornaban el paisaje, era difícil distinguir que adornaba a que, si los follajes semi verdes, semi caídos o la sola existencia de aquellos que sentados acompañaban la despedida de la tarde.
Mirada tras mirada, compartían historias y pensamientos, caricia tras caricia y el frío hacía esfuerzos inútiles por espantarlos, por mandarlos a casa, todavía era muy pronto, había mucho más que decir. Ella resistía a los temblores de sus piernas mientras él recorría su espalda intentando colgar sus sueños en las estrellas que decidieron acompañarlos, esas que venían y se sumaban a la escenografía perfecta que proponía esa noche.
A veces parecían perderse en el infinito, la mirada fija y perdida en ninguna parte o, simplemente en todas; cada tanto se permitían dar sorbos al café que hacía de excusa perfecta, era extraña la sensación, como si el mundo hubiera presionado la pausa y les diera un mar de tranquilidad, que se presentaba de manera conciente al goce de los interesados. Se acababa el café, pero no así las excusas, es más, ya ni siquiera eran necesarias, no había algo mejor ni nada que se le pareciese.
Cada encuentro se ha convertido en un paso, cada encuentro llega cargado de nuevas cosas que se quedan en espera de la llegada del próximo.
Cada roce sienta las bases para lograr traspasar las miradas que intentan despojarse de los filtros adquiridos, de las miles de razones que no se quieren escuchar, y aferrarse de las menos, pero suficientes para seguir sentados en aquel banco viendo como caen las hojas y la capa de hielo se hace más delgada.
Ya casi sin hielo se muestran terrenos con brotes nuevos, siempre estuvieron ahí resistiendo el largo invierno, confiados y ciertos que llegaría el cambio de estación con la luz que guiará el camino de lo que nacerá donde sólo había una gran capa de hielo.
Mientras veían como todo cambiaba de color, él levantaba una ceja como buscando explicarse lo que llenaban sus ojos, ella sonreía coqueta asumiendo su responsabilidad, declarando con total seguridad que queda más por ver y que debe quedarse, que sin él y sin ella no existe este nuevo jardín.
La noche ya casi ha relevado al día, y sencillamente las estaciones cambiaron en ellos creando un mañana distinto, tan distinto como es su simple posibilidad después de que ayer no estaba tan claro. Un mañana que no respeta lo establecido y asumido, pero que tampoco se presenta con la nitidez que asusta, ninguno de los dos sabe donde los llevará, ni siquiera podrían asegurar que estarán sentados en ese mismo lugar.
No existen las promesas y las condiciones no tienen tal forma, no existen las reglas ni las formas obsoletas o predeterminadas. Mientras ella sonría coincidiendo con él y su ceja, el camino va despejando los obstáculos y los pasos serán más regulares.
Llego la hora de dejar el jardín, se toman de la mano para buscar la salida y marcar la entrada, ya que han quedado para otros encuentros y aquel jardín será su refugio, estará ahí esperándolos para ver cada cambio de estación.




6.01.2008

Aquella estrella

Por algún momento pensé que me había abandonado, pensé que había tomado un recreo, un descanso que me tenía a mi suerte. Otras veces pensé e intenté entender que había hecho para alejarla, que se había ido por mi culpa, que quizás no estaba haciendo las cosas tan bien como creía o que simplemente mi tiempo había terminado.
Pero por más que intenté, cada intento me llevó a ninguna parte, tuve que resignarme y dejarla ir, me conformé pensando que estaba acompañando a alguien más y que quizás ya me había mostrado el camino y debía seguir solo.
La noche estaba cubierta de nubes teñidas de rojo que poco espacio le brindaban a la oscuridad, no hacía tanto frío o simplemente el frío no era importante, ella caminaba con su sonrisa a cuestas, iba dibujando felicidad en el telar que la noche proponía, yo, era un espectador o su invitado de honor que contemplaba como todo iba tomando forma, la forma que ella quería y también, sin saberlo, la que yo quería.
Paso tras paso las luces pestañeaban iluminando nuestro camino, miradas inquietas, del tono nervioso y el cielo continuaba en rojo. La ciudad generosa nos regaló una noche preciosa, con luz perfecta y una paz que mostraba, sin posibilidad a equivocarse, que sólo éramos ella y yo y su pincel con forma de sonrisa.
Podíamos asegurar que estábamos sólos y que estábamos todos los que debíamos estar, pero nuevamente la noche quiso decir lo contrario y apareció ella, la que pensé me había dejado.
Era mi estrella, nos teníamos descuidados, habíamos perdido el contacto y regresó esa noche, quería compartirla, también quería ser testigo de su sonrisa y lo que estaba pintando, también quiso ver sus ojos brillar, ese brillo que llegaba hasta el fondo, sin permiso, que me complicaba y situaba en los mejores aprietos. Y mi estrella lo sabía, entendía que estaba indefenso, vulnerable como pocas veces, con la coraza intacta, pero que poco servía ante su magia, poco servía ante esos ojos brillantes, ese brillo que iluminaba el cemento del camino, un camino que sólo ella conocía y me obligaba a ser conducido, casi embriagado con alguna pócima provocando el descontrol de todos mis controles.
Apareció mi estrella y no hizo nada, se quedó muda e inmóvil, ella la miraba de reojo, era consciente de su presencia y entre ambas me dejaron con muy pocas opciones, se habían puesto de acuerdo y no para hacer algo en mi contra, todo lo contrario, las dos se ordenaron a favor de mi felicidad, pero hasta ese momento no lo supe.
Los acontecimientos se volvieron inevitables y me pusieron en oposición a mi coraza, quien me tuvo complicado por varios minutos, pero el forcejeo no llegó a mayores y mi coraza también se sumó a la causa. Después de eso ya la suerte estaba echada, tres contra uno situaba la balanza lejos de mi.
Pocos metros de tela le quedaban a ella para acabar su obra, pocos metros y faltaba algo, entre las tres me acorralaron y me convertí en tela, mientras mi coraza y mi estrella me tenían sujeto y no me permitían movimiento alguno, ella dibujaba sobre mi, trazaba con su sonrisa una similar en mi, la trazó con buena pintura, difícil de borrar.
Al finalizar la pintura, también se terminó la noche. Cada uno se fue por su lado, ella se fue sonriendo como lo había hecho toda la noche, me dejó con mi coraza y mi estrella, sus cómplices en la oscuridad. La vi alejarse, la vi decirme hasta pronto y di la vuelta, sentado en la vereda compartí el último cigarro con mi estrella, quise retarla y enrostrarle el tiempo que me había dejado solo, pero la miré y dibujé en su iluminado rostro una sonrisa con tono de gracias.

5.27.2008

Te miro...cómo sonrío!

Te miro como sonríes, te miro como brillan tus ojos cuando me hablas de las cosas que piensas, la oscuridad intenta tapar la poca luz que cubre tu rostro, pero tus ojos siempre se las arreglaron para permanecer iluminados. Se escuchan voces a lo lejos, murmullos que decoran y acompañan tu historia, pasan por detrás otras historias, casi como siluetas, que por el momento no tienen importancia alguna.
Hablas de tus sueños, hablas del pasado, hablas con la tranquilidad de saber que estás viva y escuchas lo que digo, encontramos en la conversación puntos de unión que motivan a la aparición de la complicidad, sentir que puedo ser yo, sentir que quieres que sea yo y que tú eres, totalmente tú.
Risas nerviosas toman partido, pequeños sonrojos que sólo proponen un escenario mucho más adorable, más caluroso y acogedor. El frío entra en escena y no titubeamos en continuar con lo nuestro, te abrigas sin tapar tu esencia, te abrigas para estar ahí.
Coincidencias y casualidades toman otro rol, se apoderan del protagonismo del momento, las tazas están vacías, pero ya nada más importa, el calor del cigarro que se consume basta para sentirnos bien.
La situación se hace extraña, confunde lo sabido hasta ahora y lo conocido previamente, resultas tan conocida y tan desconocida a la vez, te contemplo y veo una persona totalmente nueva, pero la confianza que se desarrolla es cercana a una compañera de recorrido, más que a una aparecida sin previo aviso.
Tiempo ha pasado desde la última vez que estuve así de perdido y casi no soy capaz de reconocerme dentro de tantos colores, las cosas han tomado otro sentido y el día de ayer ni siquiera existías. El reloj pasa y ni se siente, los minutos observan también algo confundidos, aceleran el ritmo y tienden a poner pausas para extender el momento.
Trato de descubrir que ven tus ojos, trato de entrar rápidamente a donde me llevan los míos y tomar posesión de lo que creo me puede ser regalado, mi corazón baila al compás de tu voz y los diferentes tonos hacen de todo esto un grato paseo. Intento recopilar fotografías de este par de horas, intento apoderarme del momento, guardarlo cuidadosamente sin provocarle ni el menor rasguño para así poder revivirlo una y otra vez.
Se acerca el final y es inevitable, se acerca el final y no quiero. Paso tras paso caminamos hacia el punto donde tomaremos rumbos diferentes, nos separaremos por quizás cuanto tiempo y tampoco sabemos cómo será la próxima vez y si se presenta como tanto quiero. No sé qué pasará después de decir adiós, que será un hasta luego desde el fondo de lo que soy. No tengo siquiera una idea si encontraré tu sonrisa y tus ojos brillantes nuevamente, si tendré la fortuna de sonreír yo también con tu presencia.
Damos más pasos y el final ya se ve, a tan sólo unos cuantos más hacia adelante, aprieto los puños e intento invocar a mis fuerzas para proponerte no avanzar tan rápido y que me regales unos minutos más, pero ya se acabó, mi cobardía otra vez trató de ser sensata y quiso privarme de lo que estaba evitando.
Tantas cosas quisiera proponerte, como un rapto mutuo con previo acuerdo, sin previo aviso pero con la total disposición de refugiarnos, acuartelarme en tus brazos y poner los míos a tu disposición.
Llegó el momento y ya no hay más, llegó el momento y voy por un frío beso en la mejilla, una despedida en desacuerdo, no contigo, sino con quien sea el responsable; acerco mi cara a la tuya y me encuentro con tu abrazo, delicada sorpresa que me ha encontrado desprevenido e intento recuperar terreno con la prisa del miedo que tus brazos se cierren y no me alcancen.
Te veo partir y la sensación del momento es preciosa, dos horas y un tanto más me olvidé del mundo y sólo estuve para ti y, ciertamente, para mí.

5.23.2008

Mi propio temporal

Camino bajo la lluvia, tranquilo, como si no me afectara. Veo a la gente correr, buscar refugio y su impaciencia aumenta. Sólo camino, no hay tal lluvia, no hay tal temporal, por lo menos el que me afecta no es el externo, no es el que comparto, el temporal que me confunde y me hace dudar de mis pasos es aquel que está en mi cabeza.
En mis pensamientos conviven ráfagas de sueños, truenos de tristeza, relámpagos de felicidad y caen lentamente las hojas de los sentimientos que nacen de los árboles de mi vida, esos con las raíces ya fortalecidas por el pasar de los años, que saben sostenerse frente a los desbordes de los canales que atraviesan el paisaje.
Es de aquel temporal del cual siento la necesidad de buscar donde sentirme protegido, es aquel temporal el que causa estragos y muestra las debilidades preexistentes, las reparaciones que no he hecho y las que tendré que realizar cuando todo termine.
Es la lluvia en mi cabeza la que descubre y lava los más puras y extrañas deudas que acumulo, siendo yo, el mismo acreedor; la misma lluvia y el mismo viento origina la inestabilidad y las dudas, retrasa el paso firme y cambia las prioridades a sólo resistir.
Pero tal temporal no es tan malo, como dicen, al mal tiempo buena cara y queda la sensación que después todo estará mejor, asomará el sol en mis sueños y no habrá necesidad de usar el impermeable y el paraguas, tendré la libertad de caminar pisando las hojas caídas, ver como la luz traspasa el follaje herido de los árboles de mi jardín.
Afuera sigue lloviendo, está nublado como hace mucho tiempo no lo estaba, en la vida real son otros los afectados y lamento lo acontecido, por mi parte celebro la oportunidad de no tener siquiera que preocuparme.
Ya me basta con mi propio frente de mal tiempo, me basta con mi fenómeno del niño o niña, el que sea que hoy causa revuelo tras mis ojos. Por delante y con la mirada tranquila, sólo veo como son otros los que corren.

5.16.2008

30 minutos de un día cualquiera

Las 7 de la mañana y suena el despertador dando el punto de partida a otro día en la ciudad. 7 de la mañana con 5 minutos y la descarga de la ducha despierta a la parte más mínima de su cuerpo, comienza un nuevo día, la penumbra y el espejo empañado distorsionan la imagen para esos ojos semiabiertos, semidespiertos.
A medida que la preparación del día se lleva a cabo, el agua hierve para beber el mejor café, revisar los hechos en el periódico y repasar como se vienen las siguientes 10 horas. La velocidad pasa de 0 a 100 en unos pocos minutos, a punto de establecer la velocidad crucero con la que se recorrerán las horas del día.
7 con 20 y se enfrenta al mundo, la calle ancha, las aglomeraciones de vehículos que tapan las imperfecciones del pavimento y el ruido que apenas permite escuchar al viento como cruza entre las hojas de los árboles en el bandejón central.
Con sólo un gesto para la locomoción, sube a ella y su vida se entrelaza con 30 historias más que comienzan un nuevo día, 30 historias privadas y casi secretas, ya que nadie quiere revelarse ni mostrar una cuota de humanidad que pueda entregar cierta vulnerabilidad para ser aprovechada por algún malintencionado, acostumbrados al hermetismo, egoísmo y perfecta seguridad.
Pero entre esos rostros se aprecia claramente el agobio de la mujer que subió cojeando, aplicando el mayor de sus esfuerzos para ocupar un lugar en la micro, o la mirada suave y traviesa de la estudiante que va revisando alguna materia, pero no pierde de vista a su entorno, no puede perder la posibilidad de cruzar la mirada con algún otro, quizás sólo para alegrarse el día.
Tampoco se puede evitar el ceño fruncido del conductor, agotado de ver subir y bajar rostros que con suerte notan su existencia,¿cuantos pensarán que esa micro se maneja sola?; agotado de recorrer kilómetros y kilómetros cada día, con la boca cerrada, con la mirada atenta al camino y los espejos, consumido por su historia.
En la última fila un bebé llora, ya no soporta el encierro, el movimiento, el aire o simplemente el tiempo que lleva trasladándose. La madre lo consuela, intentando adivinar cual de las alternativas es, que es lo que lo aflige y como hacer para no molestar al resto, para no perturbar el trayecto ni despertar las enajenaciones ajenas que, aunque sea sólo un llanto de un niño, en esta ciudad ya no se sabe que puede alterar a un hombre o mujer, sacando lo peor de cada ellos.
7 y 30 y ha llegado a destino, se acabo el momento compartido y regresó a su soledad, las 30 historias quedaron atrás, ahora sólo con una camina por las veredas, con la vista abajo, con los hombros encogidos, con los oídos tapados por la melodía de la música que ha seleccionado como compañía y se encuentra con más historias, con otras diferentes, desde otra fuente. Media hora a pasado desde que se encontraba tranquilo en casa, 30 minutos y tendrá que esperar varias horas más para emprender el regreso a casa, y ver con que rostros compartirá el regreso, un momento inconsciente, que no alcanza a traspasar la individualidad.

5.12.2008

Dudar Quizás?

He tomado prestado el nombre de una canción de Bunbury para enunciar este post. Este nombre me lleva un poco a lo que pasa por mi cabeza hoy por hoy. Todo esto a razón de lo fuerte que puede ser el encontrarse de cara con el futuro, con el mañana que hace horas atrás pensamos y que se presenta tal y como lo imaginamos, es fuerte!!. Me siento capaz de trazar mi camino, pero anticiparlo!!, me parece un poco soberbio y, a lo menos, extraño.
Pero así es, este lunes ha sido tal como lo imaginé, no se por que, pero cada hora de este día ha sido un re-vivir la experiencia, sin incluir los detalles, pero lo esencial está. No hay sorpresas más que la sorpresa del hecho en general.
Para que me entiendan, es de esos días en que he sintonizado la radio y han sonado las canciones que he querido escuchar, canciones que incluso he tenido muchas ganas de escuhar, he llegado a soñar con ellas el fin de semana recién pasado; bueno, hoy aparecieron todas.
Este día tan extraño y particular, ya tiene un soundtrack, algo así como "Soundtrack de un día anunciado", no es muy original el nombre, pero tiene sentido en el realismo mágico de García Márquez, no se me ocurre nada más por el momento, ya que quedé también sorprendido por las canciones que comforman esta recopilación tan especial, cada letra, cada nota es parte de la historia que hoy se escribe, la verdad muy impresionante.
He llegado a pensar que la semana pasada, entre sueños y mis momentos despierto, he estado preparándome para este lunes, no puede ser realidad tanta casualidad.
En fin, las dudas tienen que ver con eso, hoy dudo de la capacidad de anticipación de esta realidad a través de sueños y mensajes, dudo también que esto sea sólo una de las tantas casualidades que nos rodean, como dudo también de lo normal o extraño que esto pueda ser. Y el quizás, es por que quizás no valga la pena tanta pregunta, ni sea tan importante buscar la explicación correspondiente.
Disfruto este lunes y las sorpresas que me ha regalado.
Seguiré soñando, a ver si en una de esas, me encuentro un par de líneas escritas por acá que me digan algo más de lo que simplemente dicen...

5.02.2008

Colores

Cada año se tiñe con colores diferentes, por más que uno pretenda sentir que todo está controlado y que muy pocas cosas podrían sorprenderte, algo sucede que te deja sin aliento, quedamos con los cinco sentidos alterados. Veo en cada paso que doy cierta coherencia con el anterior, siguiendo un patrón o un camino que va tomando forma.
Hace años atrás, fácilmente pueden ser 14 años, me senté a escribir acerca de un sueño que había tenido, no fue un sueño normal, algo me decía que traía algo entre líneas que podría ser importante. El sueño me hablaba de un mundo sin colores, todo era sombra, todo estaba en escala de grises y, yo también. Pero había algo diferente respecto a mi, yo debía trazar mi camino, debía tomar decisiones para poder seguir avanzando y esas decisiones a medida que iba dando mis pasos me iban tiñendo de colores, yo podía cambiar, podía salir de las sombras que envolvían mi entorno.
Sin querer, también me fui dando cuenta que mis decisiones no sólo me daban color a mi, sino también a todo lo que afectaba con ellas. Paso a paso se fue configurando un mundo de colores, resaltaba el camino por el cual debía seguir, y yo me diferenciaba de las sombras y establecía una identidad.
A lo largo del camino los colores fueron tomando mayor presencia en el entorno en el que me desenvolvía, veía como las personas con las cuales me relacionaba, también tomaban color, perdían la oscuridad y tristeza del gris. Claro estaba que la falta de color no tenía relación con sus vidas, tenían que ver con la mía, tenían que ver con el lado que se relacionaba conmigo, me di cuenta que una simple sonrisa era capaz de pintar mi alma completa, que un llanto podía pintar el cuerpo de la mujer que estaba sentada viendo el atardecer a los pies de un árbol, y el árbol también tomó el color de sus lágrimas, que no eran de pena, sino de absoluta felicidad.
Y así fui entendiendo tantas cosas, entendí que no pasamos desapercibidos, entendí que con cada acto afectamos al entorno, entendí que la vida está llena de colores y que tienen que ver con la simple felicidad de estar vivos y eso involucra sentir pena a veces, que es tan necesario el llanto como la risa, que todo está en equilibrio y ambas sensaciones son necesarias, como tantas otras que nos entregarán colores nuevos.
Hoy mi mundo está lleno de colores y veo como mi entorno también lo está. No quiero volver a ser sombra, no quiero un mundo gris.

4.25.2008

Un día de estos

Un día de estos, cualquiera puede ser, pero un día de estos tendré al frente lo que estoy esperando. A diario me encuentro caminando en la soledad del día a día, en la soledad que puede entregarte una ciudad tan grande como ésta, algo paradójico, pero así es. Acomodado de la forma que se pueda en los vagones del metro veo a una ciudad completa ponerse en movimento y soy parte de eso, horas más tardes en un vagón similar veo como el funcionamiento disminuye y todos corren a refugiarse, todos vuelven al punto de partida.
Veo rostros amigables, otros no tanto, veo el mío en el reflejo y a veces tampoco puedo sacarme el cansancio y el hastío, pero mientras soy conciente lo intento. Escucho historias, cuentos y más de alguna barbaridad que hacen más entretenidos estos momentos de soledad acompañada.
Los días se han vuelto grises, helados y la gente también; al parecer los abrigos son proporcionales y están directamente relacionadas con las corazas personales.
Hace días me pregunté sobre cuanto me podía parecer a quienes son los ciudadanos de esta ciudad, después de un año no me quedó más que reconocer que ya soy uno de ellos, con los mismos vicios, las mismas licencias, el mismo ceño fruncido y la misma soledad. Trato de hacer mis días diferentes, trato de no perder quien soy y proponer una versión flexible y adaptada al contexto.
Poco después de un análisis más profundo, entiendo y me tranquilizo, no soy como ellos y, simplemente, no lo quiero ser. He adaptado lo que soy a la realidad local, pero no he perdido la esencia, no he perdido la capacidad de asombro ni la capacidad de abstraerme y ser lo más reflexivo posible.
Hoy camino con mi soledad de compañera, pero sonríente, no quiero llevar el ceño fruncido, no quiero perder el respeto por quienes caminan a mi alrededor con sus soledades a cuestas, no quiero pasar a llevar con mis codos y brazos a quien pueda estar cerca, no quiero dejar de encontrar una sonrisa cuando es eso lo único que puedas recibir, no quiero dejar de entender que quien va sentado a mi lado en el vagón del metro, ha tenido un día, a lo menos, parecido al mío.
Me niego a renunciar a la posibilidad de poner resistencia a la inercia.
La vida está afuera y un día de estos nos cruzaremos o compartiremos el recorrido habitual. Y quizás sólo me sonreirá y devolveré el gesto con la otra sonrisa.
Siempre habrá una sonrisa para quien quiera abandonar su soledad, o intercambiarla...quien sabe.

4.15.2008

Negociación

Aparecen como si nada. Nadie las llama y ahí están. A veces cuesta leerlas, entenderlas e incluso identificarlas. Pero que importante son las señales para poder estar tranquilos, para poder descansar y cerrar los ojos profundamente.
A veces uno toma decisiones, evalúa la situación con la razón y con algo de corazón, lo que se presiente, lo que a uno le "tinca" o no y en el proceso lo único que puede entregarnos algo de información, son las señales.
Las encuentro en la calle, en el subsuelo del Metro, en una canción, en una película, páginas de un libro o en una extraña conversación, pero sorprende darse cuenta o sentir que todo está ordenado, coordinado y conectado. A veces lo mismo te hace sentir que no hay escape, que las decisiones hay que respetarlas, esperar sus resultados y asumir sus consecuencias.
A partir de esto, replantearse otras decisiones, volver al inicio y repetir el ciclo. Alguien dijo o en algún lugar escuché que "la vida es una delicada negociación", frase que hoy me hace sentido, todo tiene que ver con las decisiones que tomamos, nada más ni nada menos. Qué difícil es culpar a un tercero cuando tus decisiones han marcado el camino, cuando ha sido uno mismo quién ha "negociado" todo, cuando es evaluado cuanto se está dispuesto a perder y cuanto se quiere ganar en cada paso que se da. Se estiman los sacrificios, las oportunidades, los resultados esperados y los que, definitivamente, están fuera de alcance, que pueden llegar después de varias decisiones más, que una cosa lleva a la otra, sea hacia adelante o demos tumbos y pasos atrás, quizás sólo por hecho de no querer arriesgar.
Mitad de mes y me encuentro lejos del lugar que en algún momento anterior proyecté, mis negociaciones y decisiones suponían un resultado distinto a esta fecha, las señales indican que demorará más de lo estimado, pero que todavía existen las posibilidades de que ocurra lo esperado para este ciclo.
Es muy diferente dar una pelea que, por muy larga y complicada que parezca, todavía se puede ganar, están intactas las posibilidades de levantar los brazos y plantearse otros desafíos, peleas mayores. No las miro ni me acerco aún, pero se que ya llegará el momento en que deba enfrentarlas. Aquellas peleas mayores sólo esperan que defina en base a mis negociaciones, la forma en que las enfrente, pero antes debo terminar la que actualmente se está desarrollando.
Paso a paso, golpe a golpe, decisión tras decisión. De eso va la vida, sólo falta entender de que voy yo.

4.06.2008

Abril

Llegamos a este cuarto mes, dejamos atrás los primeros 90 días del año, y lo peor, es que quedan más de 250 para poder descansar. Es verdad, el agotamiento es gigante, siento la espalda con una carga que desborda mis fuerzas, los primeros pasos del día son casi más difíciles que los últimos, pero creo que la fuerza se irá recuperando en el camino.
Este es mi mes, así es, cualquiera que piense lo contrario está totalmente equivocado, Abril es mi mes, asi de simple. No se si tendrá que ver con mi cumpleaños, que cierra el mes, o porque es el primer mes del otoño, que es mi estación favorita, pero claramente es el mes que más me gusta.
Es una sensación extraña, pero la conección es fuerte, sobre todo en esta etapa que quiero comenzar de reencontrarme con mi vida personal, algo que tengo descuidado hace mucho tiempo y con ganas de componerlo.
Ya me están empezando a aburrir esos días en que el teléfono no suena, es como si el mundo te hubiera olvidado, hasta para las cosas más simples o invitaciones más interesantes, pero simplemente no existes. Incluso he empezado a acostumbrarme a eso, y eso es lo que más me molesta.
Es extraño, pero me pasa que cuando estoy sólo, lo único que quiero es estar con gente y cuando estoy con gente, quiero estar solo, quien me entiende!!. Esta última oración refleja mi estado por estos días.
Pero llegó Abril, eso me alegra y me reconforta, las cosas van a cambiar y sólo porque es abril, ya con los pies puestos en mayo, se que las cosas serán diferentes.

A todos les deseo un excelente ABRIL...

3.20.2008

qué ganas...

Qué ganas de...

...que todo esto fuera distinto, simplemente distinto, así mirar desde otro punto...
...salir corriendo, no en forma de escape, sólo para sentir la libertad de esa imagen...
...que el mundo, mi mundo, fuera más justo...
...perder menos tiempo y reubicarlo en el provecho de la sonrisa...
...caminar por las avenidas del otoño...
...saber tanto como pueda, tanto como quieras enseñarme...
...situarme en mi pasado y conversar largamente con quienes fueran parte...
...ver tu sombra acercarse y sentir tu caminar paso a paso...
...cerrar los ojos y poder verte....tan contenta...tan viva...tan felíz...
...entreabrir esas puertas que he cerrado en mi viaje, sólo por curiosidad...
...abrir todas las ventanas para que el viento y el sol no abandonen mi refugio...
...componer una canción eterna...sólo para nosotros...
...cantarte al oído todo lo que he vivido...
...llegar a llorar, de risa, por todo lo que me ha pasado...
...dibujar una estrella por cada sonrisa que recibo en la calle...
...de conversar con los ojos verdes que conocí cuando volvía a casa...
...conocerte...no te imaginas cuantas!!!...
...que esta canción no acabe y la estés escuchando tu también...
...que leas esto y sepas que es para ti...
...saber quien eres y donde encontrarte...

hoy tengo ganas... y tú??

3.04.2008

Extraño aniversario

Hace un año ya que estoy en esta ciudad, un año atrás no sabía que estaba haciendo, completamente lleno de dudas respecto a todo lo que podía venir, no sabía como podían ser las cosas y que tal podían resultar. Hoy celebro un estraño aniversario, sin exagerar, es como un nuevo cumpleaños, ya que los hechos han tenido un cariz más que positivo y veo hacia atrás haciendo el recuento de los 365 días que han pasado y no puedo no pensar en celebrar, festejar por la decisión tomada, por todas las personas que he conocido, por aquellos que me han apoyado desde la distancia, por los que están todos los días presente y por los que poco a poco se han ido sumando a esta historia.
Hace un año el nivel de frustración y, por contraparte, de satisfacción eran muy diferentes, creo que la balanza se cargaba notoriamente hacia la frustración, motivando sin discusión alguna a movilizarme y tratar de contrarrestar hacia el otro lado, necesitaba llenar mi vida de todo lo que faltaba, necesitaba darle sentido a todo y tomar las riendas, despojarme de los miedos y prejuicios que no hacían más que bloquearme y condicionarme por sobre mis decisiones.
Hace un año tomé un bus que la primera parada era Santiago, pero estaba todo dispuesto para que terminara el recorrido donde fuera, una vez sin miedos, daba lo mismo hasta donde me llevara, sólo importaba que pudiera ir logrando lo propuesto. Hasta ahora sigo acá, y puedo agradecer que las cosas son muy diferentes a como eran hace un año, he ido dando pasos, a veces grandes, han habido pausas, otras veces pequeños, pero me muevo y no por inercia, la inercia quedó en el andén antes de tomar ese bus.
Hoy estoy contento, empezando mi segundo año en esta nueva vida, hoy estoy seguro que las cosas no irán más que mejor, lo peor, ciertamente ya pasó, fueron años de conocerme, encontrarme y después encontrar mi lugar, no ha sido fácil, pero ha valido la pena la espera.
No va a ser fácil olvidar el 2007, no va a ser fácil no seguir celebrando este nuevo cumpleaños, este segundo aire que quizás llegó tarde, pero llegó.
Este 2008, este segundo año de aventura trae nuevos desafíos, he renovado la energía y pretendo seguir sumando, ir llenando los espacios que todavía me quedan vacantes, lo mejor de todo es que siento que cuando me encuentre en este momento el próximo año, tendré motivos para seguir celebrando.
Reitero mis agradecimientos a quienes siguen creyendo, a quienes me han recibido por estos lados, abriendome puertas y mundos para que pudiera ser todo más fácil. Como todos, no se que pase mañana, pero por mi parte estoy dando lo mejor de mi para poder obtener lo mejor.
Desde hoy celebro dos cumpleaños, he incorporado este extraño aniversario, que me ha sorprendido y me ha devuelto la energía.
A todos.
gracias.

2.15.2008

No se que creer

Lo siguiente lo recibí de una amiga...


Puedes creer que no encajas en lo cotidiano

Puedes creer que eres inofensivamente raro

Puedes creer que estas solo

Puedes creer que hoy es un día más

Puedes creer que mereces más

Puedes creer que se está demorando “eso”

Puedes creer que no has vivido suficiente

Puedes creer que hay muchas causas perdidas

Puedes creer que caminas para vivir

Puedes creer que lloras porque sientes

Puedes creer que deseas enamorarte

Puedes creer que en algún lugar hay algo para ti

Puedes creer que extrañas lo desconocido

Puedes creer que añoras algo del pasado

Puedes creer que eres un buen tipo

Puedes creer que nadie te piensa

Puedes creer que nadie te extraña

Puedes creer que es mejor la noche que el día

Puedes creer que el agua purifica

Puedes creer que tu vida se puede escribir con canciones

Puedes creer que solo tus ojos ven más allá

Puedes creer que siendo “aceman” no vas a sufrir

Puedes creer que es fácil buscar

Puedes creer que es fácil no hallar

Puedes creer que sueñas despierto

Puedes creer que necesitas más tiempo

Puedes creer que aún no hay equilibrio

Puedes creer que eres demasiado frío

Puedes creer que eres independiente

Puedes creer que te adaptas a todos los espacios

Puedes creer que deseas empezar a depender de algo ó de alguien

Puedes creer que odios dormir fuera de tu cama

Puedes creer que necesitas un auto

Puedes creer que eres irresistible

Puedes creer que tu humor es diferente

Puedes creer que el silencio es ausencia

Puedes creer que necesitas una guía para el camino

Puedes creer que eres muy delgado para tu gusto

Puedes creer que trabajas demasiado

Puedes creer que eres muy perspicaz

Puedes creer que solo te gusta el whisky

Puedes creer que algunos merecemos “algo”

Puedes creer que los tauros son los mejores

Puedes creer que nadie puede retarte

Puedes creer que quieres una casa

Puedes creer que ella debe ser más que hermosa

Puedes creer que no duermes lo suficiente

Puedes creer que hablar demasiado te deja al descubierto

Puedes creer que eres un cazador

Puedes creer que buscas tranquilidad en medio del caos

Puedes creer que escribes para que otros te lean

Puedes creer que tienes un lado menos claro

Puedes creer que la ausencia permite el acercamiento

Puedes creer que no ha llegado tu tiempo

Puedes creer que ya no tienes miedo de nada

Puedes creer que estas dispuesto a todo

Puedes creer que quieres un proyecto de vida… pero no solo

Puedes creer que una película ayuda a entenderte

Puedes creer que la frialdad te protege de lo desconocido

Puedes creer que la distancia geográfica solo es una causalidad

Puedes creer que nadie capta tus cápsulas de “inteligencia”

Puedes creer que a veces es muy poco

Puedes creer que el silencio no molesta

Puedes creer que es mejor callar en ocasiones

Puedes creer que a veces las cosas parecen ir muy lento

Puedes creer que a veces van muy rápido

Puedes creer que con 15% no es suficiente creer en tí…

1.22.2008

Malentendido

Luego de mi último post, recibí uno de esos mails que uno no quiere recibir, era el de una amiga reprendiéndome por lo que yo había escrito. La entiendo se sintió tocada por mis palabras, sintió que por un momento me refería a ella o no se, quizás que entendió, pero la verdad es que nunca quise que así fuera.
Quiero reiterar mis disculpas, y no sólo a ella, sino a todos los que se pudieron sentir mal. Quiero establecer que las cosas que escribo, las escribo desde mí, los análisis que hago también son desde mí, no hago juicios del resto ni me hago cargo de lo que el resto pueda sentir, de lo único que soy 100% responsable...es de lo que yo siento y cómo lo comunico.
Eso por ahora...perdí el hilo y las ganas.

1.07.2008

bienvenido a Casa

Hace meses que no voy al lugar que dejé al empezar el viaje, la última vez fue tan raro que aún hay cosas que dan vueltas y me hacen pensar sobre el que sería de mi si todavía estuviera allá. Encontré a mis amigos tan diferentes, tan separados, tan lejos...cuesta asumir, pero la distancia geográfica no es nada en relación a la distancia que se siente cuando ya las relaciones van por caminos distintos, etapas diferentes, ánimos distintos, etc. No quiero decir, ni estoy hablando si acaso yo estoy mejor o peor que ellos, jamás se me pasaría por la cabeza hacer un juicio respecto a eso, simplemente ya no me siento tan conectado, me costó sintonizar con ellos y cada día estoy más lejos.
Me pasó algo extraño en ese viaje, era la segunda vez que volvía después de venirme a principios de marzo, no me sentí cómodo, no me sentí extremadamente feliz como la vez anterior, no me sentí en casa. De hecho, venía de regreso, sobrevolaba mi nueva ciudad y el sentimiento de "casa" se hizo patente, esa sensación me restregó en la cara que ésta ciudad es mi casa, acá está mi vida hoy y que todo lo que dejé, allá quedó y que ya no soy parte de aquello, no por lo menos de la forma que estaba acostumbrado, éste es mi hogar, acá he encontrado amistades que me han dado cabida y un lugar para ser quien soy.
Extraño a mis amigos, a los lejanos más allá de la geografía, yo acá con mi actitud de lucha y mi bandera doy la pelea día a día por sonreir un poco más y no dejar de hacerlo; ellos, los lejanos, me muestran un mundo más relajado, con un ritmo aletargador y que plantea pocos desafíos en lo cotidiano, de hecho puedo resumir lo que me pasa respecto a la vida que dejé es que prevalece por sobre todas las cosas, la resignación, sí, así es, eso es lo que más me aleja, el ver un mundo que se queda resignado con lo que les "tocó", una ciudad que anda lenta, porque para que ir más rápido si todos van despacio, vidas con mucho tiempo libre, ya que no hay nada que hacer, por lo menos los discursos colectivos plantean tal contexto.
Mi ritmo ha cambiado, quizás yo he cambiado más de lo que creo, pero mi nuevo mundo me acomoda, me da vida y me hace sonreir cada mañana cuando empiezo un nuevo día.
Todo esto lo tenía atravesado desde hace un tiempo, me sacó de lugar la "resignación", y hoy me atrevo a expresarlo, hoy, después de un tiempo de reflexión silenciosa puedo entender lo que me pasó.
Cuando vaya de nuevo, sé con que me encontraré y tendré que dejar mis prejuicios de lado y contextualizarme para no descolocarme nuevamente, pero los entiendo, los extraño a ellos, no a mi vida pasada, me hacen falta, fueron muchos años juntos y quizás la vida nos encuentre otra vez, quizás convengamos en un momento con mayores similitudes que las de hoy.
Al final, lo mejor de todo, es que no tengo sólo una casa, tengo muchas y de diferentes colores y matices, pero en todas hay lugar para mi.