4.16.2006

Sin condiciones

Primero que nada, lamento el tiempo que ha pasado desde la última vez que escribí, pero estoy con una tendinitis que me tiene alejado del teclado. Ya tantos años delante de esta pantalla me están pasando la cuenta. Pero el motivo de mi post no tiene que ver con eso, así que retomaré lo que quiero plantear.
Dentro de estos últimos días han sucedido diferentes cosas bajo un patrón similar que me han dado motivos para pensar. Hablo del constante condicionamiento al que nos sometemos frecuentemente para poder hacer o no hacer las cosas que nos hemos propuesto. Todo este cuestionamiento nace después de una salida con unos amigos, dentro de ellos se encontraba una amiga a la cual tenía muchas ganas de ver, habíamos intentado reunirnos durante la semana, pero no había podido darse debido a diferentes motivos.
Al llegar el momento de juntarnos, iba todo bien hasta que me preguntó por una persona y le respondí que existía la posibilidad de que también fuera a reunirse con nosotros, desde ese momento perdí a mi amiga, ya que se dedicó toda la noche a esperar a este personaje que al final, más encima, nunca apareció.
No pude evitar no decirle después que me había dado mucha lata que las cosas hubieran sucedido así, tenía ganas de verla, de saber de ella, pero con lo que dije la condicioné y estaba ahí, pero no estaba, me escuchaba mientras miraba hacia la puerta, me respondía en monosílabos y cuando me hablaba, me hablaba de él, de verdad fue una lata. Me cuesta entender lo fácil que condicionamos las cosas y nos permitimos dejar de estar, cuando estamos. Además no puede ser tan fácil que todo gire en torno a otro que no está, y no sólo me refiero a personas, me refiero a cualquier cosa que pueda interferir con lo que tenemos planificado y nos hce salir del plan.
Quizás debiéramos dejarnos sólo por nuestro plan.