4.25.2008

Un día de estos

Un día de estos, cualquiera puede ser, pero un día de estos tendré al frente lo que estoy esperando. A diario me encuentro caminando en la soledad del día a día, en la soledad que puede entregarte una ciudad tan grande como ésta, algo paradójico, pero así es. Acomodado de la forma que se pueda en los vagones del metro veo a una ciudad completa ponerse en movimento y soy parte de eso, horas más tardes en un vagón similar veo como el funcionamiento disminuye y todos corren a refugiarse, todos vuelven al punto de partida.
Veo rostros amigables, otros no tanto, veo el mío en el reflejo y a veces tampoco puedo sacarme el cansancio y el hastío, pero mientras soy conciente lo intento. Escucho historias, cuentos y más de alguna barbaridad que hacen más entretenidos estos momentos de soledad acompañada.
Los días se han vuelto grises, helados y la gente también; al parecer los abrigos son proporcionales y están directamente relacionadas con las corazas personales.
Hace días me pregunté sobre cuanto me podía parecer a quienes son los ciudadanos de esta ciudad, después de un año no me quedó más que reconocer que ya soy uno de ellos, con los mismos vicios, las mismas licencias, el mismo ceño fruncido y la misma soledad. Trato de hacer mis días diferentes, trato de no perder quien soy y proponer una versión flexible y adaptada al contexto.
Poco después de un análisis más profundo, entiendo y me tranquilizo, no soy como ellos y, simplemente, no lo quiero ser. He adaptado lo que soy a la realidad local, pero no he perdido la esencia, no he perdido la capacidad de asombro ni la capacidad de abstraerme y ser lo más reflexivo posible.
Hoy camino con mi soledad de compañera, pero sonríente, no quiero llevar el ceño fruncido, no quiero perder el respeto por quienes caminan a mi alrededor con sus soledades a cuestas, no quiero pasar a llevar con mis codos y brazos a quien pueda estar cerca, no quiero dejar de encontrar una sonrisa cuando es eso lo único que puedas recibir, no quiero dejar de entender que quien va sentado a mi lado en el vagón del metro, ha tenido un día, a lo menos, parecido al mío.
Me niego a renunciar a la posibilidad de poner resistencia a la inercia.
La vida está afuera y un día de estos nos cruzaremos o compartiremos el recorrido habitual. Y quizás sólo me sonreirá y devolveré el gesto con la otra sonrisa.
Siempre habrá una sonrisa para quien quiera abandonar su soledad, o intercambiarla...quien sabe.

4.15.2008

Negociación

Aparecen como si nada. Nadie las llama y ahí están. A veces cuesta leerlas, entenderlas e incluso identificarlas. Pero que importante son las señales para poder estar tranquilos, para poder descansar y cerrar los ojos profundamente.
A veces uno toma decisiones, evalúa la situación con la razón y con algo de corazón, lo que se presiente, lo que a uno le "tinca" o no y en el proceso lo único que puede entregarnos algo de información, son las señales.
Las encuentro en la calle, en el subsuelo del Metro, en una canción, en una película, páginas de un libro o en una extraña conversación, pero sorprende darse cuenta o sentir que todo está ordenado, coordinado y conectado. A veces lo mismo te hace sentir que no hay escape, que las decisiones hay que respetarlas, esperar sus resultados y asumir sus consecuencias.
A partir de esto, replantearse otras decisiones, volver al inicio y repetir el ciclo. Alguien dijo o en algún lugar escuché que "la vida es una delicada negociación", frase que hoy me hace sentido, todo tiene que ver con las decisiones que tomamos, nada más ni nada menos. Qué difícil es culpar a un tercero cuando tus decisiones han marcado el camino, cuando ha sido uno mismo quién ha "negociado" todo, cuando es evaluado cuanto se está dispuesto a perder y cuanto se quiere ganar en cada paso que se da. Se estiman los sacrificios, las oportunidades, los resultados esperados y los que, definitivamente, están fuera de alcance, que pueden llegar después de varias decisiones más, que una cosa lleva a la otra, sea hacia adelante o demos tumbos y pasos atrás, quizás sólo por hecho de no querer arriesgar.
Mitad de mes y me encuentro lejos del lugar que en algún momento anterior proyecté, mis negociaciones y decisiones suponían un resultado distinto a esta fecha, las señales indican que demorará más de lo estimado, pero que todavía existen las posibilidades de que ocurra lo esperado para este ciclo.
Es muy diferente dar una pelea que, por muy larga y complicada que parezca, todavía se puede ganar, están intactas las posibilidades de levantar los brazos y plantearse otros desafíos, peleas mayores. No las miro ni me acerco aún, pero se que ya llegará el momento en que deba enfrentarlas. Aquellas peleas mayores sólo esperan que defina en base a mis negociaciones, la forma en que las enfrente, pero antes debo terminar la que actualmente se está desarrollando.
Paso a paso, golpe a golpe, decisión tras decisión. De eso va la vida, sólo falta entender de que voy yo.

4.06.2008

Abril

Llegamos a este cuarto mes, dejamos atrás los primeros 90 días del año, y lo peor, es que quedan más de 250 para poder descansar. Es verdad, el agotamiento es gigante, siento la espalda con una carga que desborda mis fuerzas, los primeros pasos del día son casi más difíciles que los últimos, pero creo que la fuerza se irá recuperando en el camino.
Este es mi mes, así es, cualquiera que piense lo contrario está totalmente equivocado, Abril es mi mes, asi de simple. No se si tendrá que ver con mi cumpleaños, que cierra el mes, o porque es el primer mes del otoño, que es mi estación favorita, pero claramente es el mes que más me gusta.
Es una sensación extraña, pero la conección es fuerte, sobre todo en esta etapa que quiero comenzar de reencontrarme con mi vida personal, algo que tengo descuidado hace mucho tiempo y con ganas de componerlo.
Ya me están empezando a aburrir esos días en que el teléfono no suena, es como si el mundo te hubiera olvidado, hasta para las cosas más simples o invitaciones más interesantes, pero simplemente no existes. Incluso he empezado a acostumbrarme a eso, y eso es lo que más me molesta.
Es extraño, pero me pasa que cuando estoy sólo, lo único que quiero es estar con gente y cuando estoy con gente, quiero estar solo, quien me entiende!!. Esta última oración refleja mi estado por estos días.
Pero llegó Abril, eso me alegra y me reconforta, las cosas van a cambiar y sólo porque es abril, ya con los pies puestos en mayo, se que las cosas serán diferentes.

A todos les deseo un excelente ABRIL...