4.15.2008

Negociación

Aparecen como si nada. Nadie las llama y ahí están. A veces cuesta leerlas, entenderlas e incluso identificarlas. Pero que importante son las señales para poder estar tranquilos, para poder descansar y cerrar los ojos profundamente.
A veces uno toma decisiones, evalúa la situación con la razón y con algo de corazón, lo que se presiente, lo que a uno le "tinca" o no y en el proceso lo único que puede entregarnos algo de información, son las señales.
Las encuentro en la calle, en el subsuelo del Metro, en una canción, en una película, páginas de un libro o en una extraña conversación, pero sorprende darse cuenta o sentir que todo está ordenado, coordinado y conectado. A veces lo mismo te hace sentir que no hay escape, que las decisiones hay que respetarlas, esperar sus resultados y asumir sus consecuencias.
A partir de esto, replantearse otras decisiones, volver al inicio y repetir el ciclo. Alguien dijo o en algún lugar escuché que "la vida es una delicada negociación", frase que hoy me hace sentido, todo tiene que ver con las decisiones que tomamos, nada más ni nada menos. Qué difícil es culpar a un tercero cuando tus decisiones han marcado el camino, cuando ha sido uno mismo quién ha "negociado" todo, cuando es evaluado cuanto se está dispuesto a perder y cuanto se quiere ganar en cada paso que se da. Se estiman los sacrificios, las oportunidades, los resultados esperados y los que, definitivamente, están fuera de alcance, que pueden llegar después de varias decisiones más, que una cosa lleva a la otra, sea hacia adelante o demos tumbos y pasos atrás, quizás sólo por hecho de no querer arriesgar.
Mitad de mes y me encuentro lejos del lugar que en algún momento anterior proyecté, mis negociaciones y decisiones suponían un resultado distinto a esta fecha, las señales indican que demorará más de lo estimado, pero que todavía existen las posibilidades de que ocurra lo esperado para este ciclo.
Es muy diferente dar una pelea que, por muy larga y complicada que parezca, todavía se puede ganar, están intactas las posibilidades de levantar los brazos y plantearse otros desafíos, peleas mayores. No las miro ni me acerco aún, pero se que ya llegará el momento en que deba enfrentarlas. Aquellas peleas mayores sólo esperan que defina en base a mis negociaciones, la forma en que las enfrente, pero antes debo terminar la que actualmente se está desarrollando.
Paso a paso, golpe a golpe, decisión tras decisión. De eso va la vida, sólo falta entender de que voy yo.

1 que tienes que decir...:

Anónimo dijo...

Tengo que decir que debes subir a una montaña rusa de verdad!!!