8.25.2008

Puente

Ella apareció de la nada. Él intentaba buscar en todos lados menos en el indicado, siempre pasó de largo y otras ni siquiera se acercó. Ella respondía a sus sueños y construía puentes interminables y precisos, dispuestos al encuentro. Estaban ahí, él los vio primero y siempre los mantuvo a la vista para no perderse cuando quisiera cruzarlos; ella también los reconocía, pero no sabía si algún día los cruzaría, no sabía si sus motivos para cruzarlos eran los mismos que los de él.
Poco a poco todo era un puente, poco a poco era más fácil cruzar que quedarse en sus respectivos lugares. Los días corrían y los puentes ya eran verdaderas fortalezas, macizas construcciones de espectaculares dimensiones. Algunos eran, además, tan altos que el riesgo a caer se plantaba casi como un letrero de advertencia en sus pilares. Pero quizás esa era la gracia, tomar la decisión de cruzarlos, manteniendo la preocupación de no caer.
Él un día tomó sus cosas y contempló por un rato el otro extremo, miró con atención lo que allá lo estaba esperando, notó también, lo que dejaba a este lado. Después de tanto análisis, tomó impulso para cruzar corriendo, ya estaba convencido y debía atreverse, sentía que por algo esos puentes se habían trazado.
En pleno cruce sucedió lo inesperado, algo que no había contemplado, no estaba en sus divagaciones anteriores, sucedió que a pesar de las ganas y la curiosidad, sólo pudo recorrer la mitad del camino, ella lo esperaba ahí, ya sabía de sus ganas de cruzar y estaba ahí esperando, conocía plenamente los hechos y como se presentarían, alguna idea tenía de las motivaciones, pero supo pararse a la mitad del puente para contener el paso de quién estaba al otro lado.
Ahí se quedaron, ahí están los dos por estos días, a mitad del puente, ella sin saber si cruzar o volver, si permitir que él siga corriendo o pedirle que regrese al punto de donde vino; él también duda, no sabe que hacer, quiere cruzar, pero necesita que ella también lo quiera; quiere volver, pero teme que cuando salga de ese puente, éste se caiga, se desmorone apenas tome pie en tierra firme y deje a cada uno a su propia deriva, sin entender la razón de aquellos puentes, lo que demoró su construcción y lo fácil que se desmoronan.
Él entendió que los puentes estaban ahí para cruzarlos, entendió además que el punto intermedio es temporal, la construcción no resiste que permanezcan ahí, en algún momento se verán forzados a cruzar a alguno de los dos lados.
Ya se verá cuanto resiste, y cuando resisten.

2 que tienes que decir...:

Anónimo dijo...

El puente ha sido contruido desde la mirada de una ventana!!! La puerta que los separaba ahora está entreabierta para quién decida salir a contemplar de cerca el paisaje que un día se descubrió en el horizonte!!!

Anónimo dijo...

¿Lejos?
Hay un arco tendido
que hace viajar la flecha
de tu voz.

¿Alto?
Hay un ala que rema
recta, hacia el sol.
De polo a polo a una
secreta información.

¿Qué más?
Estar alerta
para el duro remar;
y toda el alma abierta
de par en par.

(Puente, Nicolás Guillén)


...uhmmm, el dilema de la separación v/s la lejanía....