10.27.2007

Santiago en 100 palabras

Hace meses escribí los siguientes dos textos para el concurso Santiago en 100 palabras, han aparecido los resultados y no estuve entre los seleccionados. Por esto me permito compartirlos acá.

Ojos Verdes

Tranquilo, llevado por la inercia de un recorrido repetido, encuentro lugar en el último vagón. Una vez adentro, me perdí en sus ojos verdes que cruzaban miradas perdidas y atraparon la mía sin poder ofrecer resistencia. Las estaciones pasaban y yo seguía en sus ojos, totalmente aturdido.

Luego de regalarme una sonrisa, ella bajó del carro y mis pies intentaron seguirla, pero mi cabeza quedó tras las puertas y sonreí en movimiento diciendo adiós hacia el andén.

Como quisiera que la razón fuese más rápida que las puertas de aquel vagón. Como quisiera, un día de estos, perderme otra vez.

Subsuelo

Santiago se derrumba mientras intento llegar a casa. Arriba las ideas toman forma de bandera, abajo otros se mueven hacia destinos diferentes. Arriba la lucha compartida se transforma en causas individuales, abajo las causas individuales parecen cada vez más compartidas.

Santiago se divide en 4 millones, pero en el subsuelo parece haber mayor consenso y los que parecían reunidos, ya no lo parecen tanto. Existen víctimas y victimarios según los ojos que los miren, causas compartidas, formas disidentes. Mientras arriba se escuchan sirenas, abajo miles de walkman suenan en silencio, sólo el ruido del tren acompaña el regreso a casa.


2 que tienes que decir...:

Anónimo dijo...

Para aquellos ojos verdes desaparecidos en la caótica ciudad:

"Y, sin embargo,
sé que te quejas
porque tus ojos
crees que la afean.
Pues no lo creas;
que parecen tus pupilas,
húmedas, verdes e inquietas
tempranas hojas de almendro,
que al soplo del aire tiemblan.

Porque son, niña, tus ojos
verdes como el mar, te quejas;
quizá, si negros o azules
se tornasen, lo sintieras."

... algunas estrofas de la rima XII del "Libro de los gorriones" de Gustavo Adolfo Bécquer.

Mientras la ciudad no descansa, mientras sus dueños cada vez son más anónimos... se hace urgente aprender a escuchar sus existencias a través del silencio de miradas perdidas.

Por medio de tus palabras lo haces. Haces q lo cotidiano no se pierda en el vacio, en la nada, en el olvido.

Anónimo dijo...

Muchos nos quedamos con nuestras cortas historias de metro. Perdimos, lo que no significa que los cuentos sean malos. Todo depende del criterio y la tendencia literaria del jurado. Por lo tanto a seguir escribiendo....ya llegaremos al andèn del èxito