10.21.2007

Transición

Han pasado casi 8 meses desde que di un giro importante a mi día a día, todo este tiempo ha sido de descubrir, rescatar y apoderarse de ciertas personas, espacios y hechos que han sido tan importantes que a veces se nos escapa de las manos la simple posibilidad de decir gracias. Es que generalmente pensamos que las cosas son gratuitas y solo tienen que ser, se nos olvida que no siempre funciona así, que cuesta más de lo que creemos y desestimamos el papel de nuestra actitud y la cuota de fortuna que nunca está de más.
Hoy camino en mi rutina nueva acompañado por los acordes de canciones que he seleccionado previamente, me recuerdan lo que dejé atrás, lo que estoy viviendo y todo lo que quiero vivir. Me conectan conmigo, entablo largas conversaciones en mis trayectos, discuto y hasta me cuestiono más de la cuenta las decisiones que tomo.
Ansiedad es lo más común por estos días, ésta etapa de transición no es del todo agradable, uno se siente como con el tiempo detenido dando un paso, con los pies en el aire, sin poder afirmar el pie que va hacia adelante ni desconectar del todo el que pisa el peldaño que dejo y lo más incómodo es darse cuenta que el tiempo no va tan lento como el paso, el paso es una cámara lenta de una realidad acelerada y vertiginosa.
Los fracasos me han enseñado todo lo que no pude ver en su momento, ahora la mirada es amplia y me mantengo en un lugar que me tranquiliza y me da seguridad para lo que se venga, a veces con los temores propios que no dejan avanzar y otras con la ansiedad sobrerevolucionada que dejo atrás la conciencia y el saber de los años vividos.
Ya llegaré al extremo que veo, y me doy cuenta que me espera, ya llegará el momento en que mis pies se reunan en este nuevo peldaño que contemplo desde la cámara lenta y mi tiempo sincronice con la realidad.
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1 que tienes que decir...:

Anónimo dijo...

Hay tiempos lentos, otros demasiado rápidos. De los lentos quedan enseñanzas profundas, meditadas y asumidas; seguramente como buenos productos de esa ansiedad y de ese tedio que podemos llegar a odiar. De los rápidos, quedan las cápsulas instantáneas de sobrevivencia, de protección y miedo; pero esta vez como producto de la adrenalina y de los riesgos tomados sin mucha conciencia.
De los tiempos lentos, se aprende a esperar, se aprende a crecer… de los rápidos… bueno, de los rápidos cada quien tendrá sus historias para compartir algún día.
Y como dice una canción que me gusta:

"Viento del sur, oh lluvia de abril,
Quiero saber dónde debo ir.
No quiero estar sin poder crecer
Aprendiendo las lecciones para ser"